Sin adoración

Me criaron como atea por el rechazo de mis padres a su propia obligación desde niños con el catolicismo.

Pero ya de adolescente empecé a notar que todo lo que yo era, y lo que me rodeaba no podía provenir de la nada.
Ese ateísmo me parece ahora, un gran dique necesario para poder dejar atrás todas esas pesadas creencias que arrastramos generación tras generación.
Agradezco en mi adultez, que mis padres tuvieran la fortaleza de apoyarse mutuamente en esa decisión de pareja de abandonar sus creencias, y arroparme a con ese coraza provisoria de ateísmo, para reservarme la posterior oportunidad de dudar, cuestionar y avanzar hasta donde ellos no podrían, por razones cronológicas tal vez entre otras.
Siempre fui libre pensadora y mi hogar me brindó todo ese terreno fértil para que, mas tarde o mas temprano, con conciencia o sin ella, lograra detectar cada dogma que acumulamos en nuestras vidas y que limitan nuestra evolución como especie.
Sin embargo al creer buscarme a mi misma, tropecé muchas veces por apelar a muletas externas que no me llevaron a ningún puerto nuevo.
Recién ahora en mi madurez, creo estar en proceso de autoconocimiento.
Me guía y acompaña una persona (que como todo) llegó cuando tenía que llegar.
Él simplemente hizo su camino y hoy comparte lo que sabe por experiencia propia. . No por escuelas, libros, dogmas ni religiones.
Él guía desintersadamente con beatitud, amor y paciencia, a un puñado de descolgados en el planeta como yo, para que (como él) logremos algún día no depender mas de ninguna autoridad interna ni externa.
Para eso el autoconocimiento primero lleva a liberarnos de nuestras cargas, que son todas ilusorias, pero no lo notamos hasta que real y definitivamente nos ponemos atención a nosotros mismos.
Sin adoración. Solo una instantánea de este momento de la historia en un pequeño y enorme lugar del mundo: GRACIAS MAESTRO CESAR TERUEL!



Entradas populares